Afuera hay bulla, y mi corazón se emociona; estoy
apaciguando mis sentimientos más sinceros. Pero, algo se desordena en mi
silencioso pecho, algo anda mal, y eso es un prejuicio grave.
Hay una ansiedad de grandeza, pero yo no quiero ser
grande; sólo quiero tener mi hogar, un aliento cada mañana, un buen poema en mi
cuaderno, una suave pena para cavilar en ella, un desdén para apreciar la
alegría… Sólo quiero vivir… Porque percibo que la muerte vive de la vida, y la
vida sólo vive de ella, de la misma vida (perdón por la redundancia). No sé por
qué escribo todo esto: Tal vez haya alguien que me espera en casa, tal vez haya
algo bueno en la tele más de noche, tal vez la vida sea más dura; pero siempre
será bueno: ¡vivir con alguien en el corazón!
Me encanta llenar las albas hojas con lo tácito de mis
sentimientos, pero siento que las palabras fallecen, y siento como una bola de
aire taciturno se agrupa en mi pecho, y quien sabe, estoy a punto de llorar.
Tal vez la gente no entienda esto. Sé que para ser un gran escritor me falta
mucho, pero no pretendo convertirme en un famoso, sólo quiero deshacerme de
esta emoción vaga, tétrica, ingrata, desolada, misteriosa… Sólo quiero
encontrar el génesis del olvido, del arte de olvidar. Hace muchos días que ya
no escribo, hace días que ando desordenado, pero hay noches más crueles, que
son tan negras como el infierno de la decepción. Siento ganas de huir, ganas de
viajar por el mundo, ganas de olvidar… Sé que la soledad es dolorosa, sé que el
perdón yace como olvidado, sé que el dolor no mata y también sé que el dolor
hace más humanos.
Y no quiero excusarme, sólo asumir la realidad, sólo
animar a mi ¡ánimo! Desde hace rato me ha entrado un dolor innumerable en el
alma; hace días que pretendo saltar de mis años para atrás, hace días que mi
corazón parece no tener cura y me siento sumido en el más penetrante desamor.
Alguien saca cuentas en la pizarra, pero se olvida de sumar mis suspiros, de
restar mi amor multiplicado, de pasar todo lo negativo al segundo miembro y hacerlos
positivos. Sólo son penas exageradas. Sólo es mi preocupación por el destino.
Eso es todo.
Colaboración de Maelruva
Perú
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